sábado, 4 de agosto de 2012

Donde se cruzan el camino del viento con el de las estrellas



En Santo Domingo de la Calzada, a 3 de Agosto de 2012


Después de ocho días de camino sigo lleno de sensaciones contradictorias aunque poco a poco y paso tras paso se van encenciendo en mi interior esos rincones de mi alma que permanecieron en penumbra durante tantos años. De un lado están el dolor y el cansancio acumulados que a veces me ocupan toda mi mente y ni tan siquiera me dejan descansar. Pero en el otro están la lentitud y la inmensidad, la sencillez y la humildad impuestas por unos senderos que, siendo uno, igualan a todos los peregrinos en lo más auténtico y profundo del ser humano, esa parte de todos nosotros que habita en la grandeza del silencio.

Un hombre cansado es igual que otro hombre cansado, independientemente de su procedencia o parecer. El agotamiento del peregrino, aunque vivido en la intimidad, es compartido por todos y basta una mirada cómplice para llegar al entendimiento. El crisol de lenguas y banderas que caminan por estas pistas se funden en un sólo fluir de caminantes que siguen incansables una única dirección marcada por las flechas amarillas y toda diferencia parece diluirse en esos lugares comunes, en ese único impulso que hace de este camino algo mucho más grande que un simple sendero.

Navarra, donde se cruzan el camino del viento con el de las estrellas, ya quedó atrás y con ella el bosque encantado, el alto de Erro, el puente de la Rabia, el valle del Arga, las calles de Pamplona, el alto del Perdón, el puente de la Reina Doña Mayor, las calzadas romanas de Cirauqui, las rúas de Estella la bella, la fuente del vino, la iglesia templaria de Torres del Río o las tierras de Cesar Borgia. 

Hoy, tras mi paso por Logroño y Nájera llegué a otro lugar mítico de la ruta Jacobea, Santo Domingo de la Calzada, la ciudad del que fue mayor benefactor del Camino. En los próximos días continuaré subiendo hacia la meseta por los montes de Oca y las legendarias tierras de Atapuerca para, después de un breve paso por Burgos, afrontar el que es sin duda el mayor reto del Camino: Castilla.

2 comentarios:

Abufalia dijo...

Leyéndote desde Doha, comparto por unos momentos tus impresiones, y casi te acompaño por esos caminos. No hay distancias. Te deseo lo mejor para estos días que seguro te van a llenar de las experiencias que necesitas.

Un abrazote.

gustavoporras@gmail.com dijo...

Hermano, has vuelto hacer que mis ojos brillen por esas lagrimillas a flor de piel.....Que bonito escribes ! La lentitud....Abrazo enorme !!!