miércoles, 8 de agosto de 2012

Amanece en Castilla


En Castrojeriz, a 9 de Agosto de 2012


A las cinco y media de la mañana la actividad en el albergue de peregrinos es frenética. Las linternas empiezan a encenderse como las luciérnagas en la noche y poco después el ruido de las alarmas, las cremalleras y las bolsas de plástico convierte el ajetreado barracón en un espacio bullicioso en el que resulta imposible continuar durmiendo. Comienza entonces un disciplinado desfile de sombras en el que todos parecemos saber cual es nuestra posición, como si se tratase de una escena ensayada, de unos pasos premeditados.

En el comedor ya hay gente desayunando y los más madrugadores se cuelgan las mochilas para comenzar la etapa. Aquellos que arrastran ampollas se hacen las últimas curas intentando encajar las botas lentamente para tratar de rozar lo menos posible la obra de ingeniería en la que han convertido sus maltrechos y desgastados pies. Poco a poco las mochilas se van alejando en medio de la noche en la dirección marcada por las flechas amarillas y todo parece formar parte de un ritual ancestral en el que cada peregrino representa su propia historia dentro de este ensayo colectivo.

No se si me alcanzarán las fuerzas para llegar a Santiago pero eso cada día me importa menos. En Castilla, cuando pensé que empezaba la parte más dura del Camino, me di cuenta de que, en realidad, era yo el que estaba dejando de hacerlo porque ahora estoy convencido de que es precisamente en la inmensidad de este mar amarillo donde este Camino empezó, de forma sutil y casi imperceptible, a hacerme a mi.

3 comentarios:

Mari Carmen Rufo dijo...

Querido Gustavo: ¡Qué gusto volver a leerte y disfrutar de ese don que tienes para describir y casi pintar la vida! Estoy contigo y te acompaño en este camino que te hará sin duda reencontrar la ruta mejor. Adelante. Te abrazo cuando estés muy cansado. Un beso.

Carmen dijo...

Acabo de abrir el blog, me leere despacio todo, estoy deseando. Imagino la escena que tan bien describes y te mando todo mi cariño y apoyo. Sigue dejandote atrapar por esa "madre naturaleza" que encierra todos los saberes. Un abrazo enorme

Gustavo dijo...

Gracias amigas! Un regalo encontraros por aquí... Abrazo enorme desde Astorga!